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"The Division Bell" es el disco número 14 en la discografía de Pink Floyd, el último de la era Gilmour y el último de ellos como banda, un disco con olor a nostalgia de principio a fin y que no deja a nadie indiferente tanto por su música como por sus letras.
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Constantemente entre fanaticos se crean discusiones absurdas sobre como deberia ser el sonido de Pink Floyd en plena era digital, luego del imcomprendido disco "A Momentary Lapse of Reason" y su sonido pop al estilo Pink Floyd, lá logica apuntaba a que el nuevo disco de la banda deberia ser un giro hacía el envolvente sonido electronico que predomino en los 90, sin embargo ellos deciden reinventarse para dar un giro sobre si mismos y volver al estilo clásico de la banda sin dejar de ser vanguardistas. El resultado es un disco que suena tan extraño como familiar al mismo tiempo que nos recuerda que ya no estamos en presencia de muchachos de 20 años buscando la fama, sino de veteranos que hablan de sus propias vidas después de vivir un siglo.
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Desde el mitico "The dark side of the moon" que todos los discos de Pink Floyd son conceptuales (algunos mas que otros), este no se queda atras tampoco y en este caso el tema central es la comunicación... o mejor dicho la comunicación mal empleada y es que cada una de las canciones habla de los problemas ocacionados por la incomunicación y el aislamiento, tanto a nivel de pareja, como con los amigos o incluso dentro de la misma banda, ya que a lo largo de todo el disco se hacen referencias que apuntan a la salida de Roger Waters del grupo, sin embargo aunque las disputas entre Roger y el resto de los integrantes por los derechos del grupo terminaron con ellos más divididos que el propio nombre del disco la influencia del creador de Money queda plasmada en este álbum aunque ya no este presente, por eso es qe escuchar este disquito se torna tan nostalgico, seductor y depresivo, es imposible no rayar la papa como en los viejos tiempos al escuchar "Marooned" o recordar el disco "Wish you were here" cuando suena "Lost For Words" o relajarse al volver a escuchar la voz del fallecido Richard Wright en la canción "Wearing the inside out", por eso que este disco que suena tan particular se torna familiar al momento de escucharlo.
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El momento culmine de este disco es cuando llega el momento de escuchar "High Hopes" que en la planificación fue la primera canción que estuvo lista pero en la practica fue la última que se grabo, la canción fue compuesta por David Gilmour y su esposa Poly Samson y en ella de habla de un grupo que llego tan alto "que marearon su mundo" y luego se perdieron en una "lenta decadencia" hasta que el sonido de la "campana de la división" los alejo. David Gilmour asegura que la canción habla sobre su propia vida, pero las referencias a la historia de Pink Floyd como banda son demasiadas, es más; las campanas del comienzo son las mismas de la canción "Fat old sun" del disco "Atom Heart Mother" de 1970 y el redoble del interludio es el mismo de la cancion "Bring the Boys Back Home" del disco "The Wall" de 1979. A medida que uno escucha la canción comprende que es la ultima, no solo del disco, sino de la banda y de ahí en adelante tan solo vivimos con la esperanza de que algún día se volvieran a juntar, el Live 8 del 2005 fue un regalo para mi generación y también para la de ustedes, es por eso que estoy seguro que David Gilmour lo sabía y la última frase de la canción no podia ser otra, ya que a pesar de que Pink Floyd ya no exista como banda, su sonido y su recuerdo nos acompañara "siempre y por siempre".
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Si quieres descargar el disco esta en el blog de DESCARGAS...
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